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sábado, 27 de septiembre de 2014

LA MUJER Y LA SEGURIDAD ALIMENTARIA

Las mujeres producen entre el 60 y el 80 por ciento de los alimentos en Bolivia. No obstante, solo recientemente se empezó a reconocer su papel clave como productoras y suministradoras de alimentos y su decisiva contribución a la seguridad alimentaria del hogar.
Diversos estudios han confirmado que la mujer, se constituye en  pilar de la agricultura de pequeña escala, del trabajo campesino y de la cotidiana subsistencia familiar, pese a todos esto tiene mayores dificultades que el hombre a la hora de acceder a recursos como la tierra y el crédito y los insumos y servicios  que aumentan la productividad.
De las investigaciones realizadas, la seguridad alimentaria ha sido definida por diversas instituciones no solo en función del acceso a los alimentos y la disponibilidad de éstos, sino también de la distribución de recursos para producirlos así como de la generación de poder adquisitivo para comprarlos ahí donde no se producen. Dado el papel fundamental de la mujer en la producción y suministro de alimentos, toda estrategia para lograr la seguridad alimentaria sostenible debe necesariamente abordar el problema de su limitado acceso a los recursos productivos.
El limitado acceso de la mujer a los recursos y su insuficiente poder adquisitivo derivan de factores sociales, económicos y culturales, todos interrelacionados, que le relegan a un papel subordinado, en detrimento de su propio desarrollo y el de la sociedad en su totalidad.
Los esfuerzos e iniciativas internacionales, realizados sobre todo desde la Conferencia Mundial sobre la Mujer, México, 1975, potenciaron el reconocimiento de la participación decisiva de la mujer en el desarrollo rural y de otros sectores. Sin embargo, aún queda mucho por hacer.
El acceso a métodos anticonceptivos seguros y eficaces y a  otros servicios de planificación familiar son componentes esenciales de la seguridad alimentaria. El nivel de nutrición de la familia y el tiempo libre que dedica la mujer a la producción y preparación de alimentos, dependen de la capacidad que tenga de controlar el número y espaciamiento de los embarazos.
Gran parte de la actividad productiva de las mujeres se encuentra en la economía informal por lo que no aparece en las estadísticas oficiales de suministro y movimiento de alimentos. El reconocimiento y compensación adecuados del trabajo productivo y reproductivo de las mujeres son elementos esenciales para mantener sus contribuciones a la producción y seguridad alimentaria mundial.
Existen restricciones legales o sociales que impiden que muchas mujeres posean o hereden tierra, derecho al agua o a ganado, a la obtención de préstamos o a tomar decisiones sobre el uso de los bienes familiares. Esto repercute negativamente y perjudica su capacidad para administrar la producción y seguridad alimentarias. Según estudios comparativos, los hogares donde los ingresos son controlados por mujeres muestran un mejor nivel de nutrición. Las mujeres tienden a gastar una mayor parte de sus ingresos en alimentos y combustible en lugar de objetos suntuarios.

En los hogares de escasos recursos las mujeres y las niñas tienen mayor probabilidad de sufrir de malnutrición. La feminización de la pobreza ha aumentado el número de mujeres que sufren de malnutrición. Esto afecta particularmente a las mujeres embarazadas y lactantes, cuya ingesta de alimentos a veces no aumenta en la misma medida que lo hace su necesidad de comer más.
La seguridad alimentaria es un concepto multifacético que va más allá del número de personas que pueden sostenerse de los recursos alimentarios limitados de la tierra y que abarca una gama amplia de temas: el crecimiento, control y movilidad de la población, la distribución de recursos, los patrones de consumo, la producción agrícola, el cambio climático, el deterioro ambiental, la situación socioeconómica, el desarrollo, las relaciones comerciales, la propiedad de la tierra, el acceso al micro financiamiento y los servicios de salud.

Es imprescindible que se empiece a dar mayor importancia a la labor de las mujeres en Bolivia.

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